No había agua de ningún tipo, el pasto no crecía y la acacia estaba tan descontrolada que había grandes porciones de bosque muerto y las nuevas generaciones de árboles crecían débiles entre la sombra.
Nos pusimos a la tarea de, poco a poco, comenzar a limpiar el bosque y despejar áreas de terreno plano que podían estar disponibles para proyectos productivos.
Esto, sin embargo, no podía hacerse de golpe, ni simplemente arrancando todo árbol que nos encontráramos, así que nos pusimos a investigar y fue allí donde conocimos la flora nativa del territorio, así como otras especies que han sido introducidas y que se han adaptado a la región.
Muchas de estas especies de flora crecen solitas luego de despejar pastizales y porciones de bosque muerto de acacia, como es el caso de los hayuelos, los holys, los ciros o los chiripiques.
Así comenzó nuestro proyecto de reforestación y siembra de agua en la finca que ya tiene 400+ arboles sembrados y prosperando.
Algunos de ellos son árboles de sucesión, es decir que su tiempo de vida es corto y son árboles de medio y pequeño porte que abren camino a los árboles perennes de más envergadura que serán los que perdurarán por décadas o siglos.
Los siguientes son algunos de los árboles que están presentes en nuestro bosque y los cuales nos entregan todos sus beneficios a medida que van creciendo y cumpliendo cada ciclo.
Muchos los hemos sembrado nosotros y otros, como lo mencioné con anterioridad, simplemente crecen solos a partir del banco de semillas del suelo que se ha ido acumulando por muchos años y que cuando llega el momento y las condiciones indicadas germinan y dan vida a un nuevo árbol.